lunes, 20 de agosto de 2018

Urgencia subjetiva y trauma


Urgencia subjetiva y trauma
Rosa Lagos

Agradecida de  haber sido invitada a esta conversación porque da la oportunidad de poner a circular nuevos significantes que nombran las respuestas que el sujeto actual da al malestar en la cultura y que nosotros como clínicos, al decir de Lacan, no podemos estar fuera de lo que la subjetividad de la época propone: que renuncie aquel que no está acorde a la subjetividad de la época, lo que nos lleva a los psicoanalistas a revisar de manera continua nuestro quehacer.
Lo que emerge y lo que urge, lo que urge hace referencia al tiempo a la prisa, lo que emerge a lo que aparece de repente, de manera inesperada, y que en medicina, compromete la vida del paciente, no sucede así en la urgencia.
La urgencia es un concepto tomado del territorio médico y en este campo se refiere, de acuerdo a la definición de la OMS, a la aparición fortuita,  imprevista o inesperada, en  cualquier lugar o actividad de un problema de causa diversa y gravedad variable que genera la conciencia de una necesidad inminente de atención. Deriva del latín URGIERE que significa precisión o apremiante necesidad de lo que falta, insta a realizar una acción precisa y  sin tiempo. Precisión ante una necesidad apremiante, bajo el ángulo exclusivo de la rapidez y sin tomar en cuenta la causa del mal.
Se hace necesario distinguirla de la urgencia psiquiátrica, en la urgencia psiquiátrica se requiere que otro desde el saber, de acuerdo a los signos que observa, responda, decida si el cuadro que se presenta requiere una internación o requiere un tratamiento ambulatorio controlado con psicofármacos, la responsabilidad de este acto queda del lado del psiquiatra y generalmente se corresponde con la posibilidad de manejo del paciente. Si hay agitación psicomotriz, si corre peligro la vida del paciente o de terceros, en donde el poder de la palabra no tiene efecto, sería inadecuado atenderlo como una urgencia subjetiva.