viernes, 9 de noviembre de 2018

El Cartel: operador lógico sobre lo real de la enseñanza del psicoanálisis


Rosa Lagos Torres
En la Proposición del 9 de Octubre de 1967, Lacan advertía a los analistas diciendo:
“hay un real en juego en la formación de los analistas”[1] y alentaba a no retroceder ante él, enunciaba que en tanto real, producirá “su propio desconocimiento”, movimiento presente en todo lazo asociativo.

Un real siempre presente, sinónimo de lo imposible, que se resiste a la simbolización significante, sea en la clínica, en la enseñanza o en el lazo asociativo, propio de la agrupación psicoanalítica.
Ahora bien, ¿Cómo se manifiesta lo real en este lazo asociativo y en la enseñanza y qué propone Lacan para saber hacer con él?
En el Atolondradicho, Lacan plantea con respecto a lo  imposible  del grupo psicoanalítico, imposible presente en su fundamento, lo real como obscenidad misma, dice: “así entonces de ella “vive” como grupo”[2], refiriéndose a la obscenidad imaginaria, resultado de la colocación del objeto a plus de gozar en el lugar del Ideal del Yo; todo miembro del grupo obtiene goce de esa operación.
Para este fenómeno presente en todo grupo, Lacan propone el discurso analítico, dice “el discurso psicoanalítico puede fundar un vínculo social limpio de toda necesidad de grupo”[3], necesidad de grupo que se sostiene sobre este goce obsceno, mediante el discurso analítico se produciría este vaciamiento de goce al colocar como agente de la operación al objeto como causa del deseo.
El efecto del discurso analítico sobre el grupo tendría como consecuencia, por un lado el vaciamiento de goce obsceno imaginario y, por otro lado, el efecto de sujeto tachado$.
Con relación a la enseñanza, se ubica la imposibilidad real de la transmisión del psicoanálisis, hay un imposible de enseñar, alude a que hay algo que no se puede transmitir, es el tope con el agujero de lo real, lo cual produce angustia y la tendencia de los miembros del grupo es tapar el agujero con lo ya sabido, en el conformismo identificatorio de la repetición, evitando tocar lo real que se resiste al saber.
¿Cómo transmitir lo real?
No puede ser enseñado por un docente, no se trata de un saber textual, se aproxima a un saber que se extrae de la propia experiencia, de la experiencia del propio análisis, de los controles de casos, y también de la experiencia obtenida en el Cartel.
Son dos tipos de saber en juego, el textual referencial extraído de los libros y el otro saber obtenido de la experiencia misma, no comunicable y particular de cada quien. Estos dos tipos de saber producen una suerte de ensamblaje que requieren de Otro, que suponen saber en un  Otro, formación en la que se articula todo lo relativo a la transferencia.
De acuerdo a lo anterior, tenemos al menos dos manifestaciones de lo Real en el grupo psicoanalítico a tomar en cuenta, en el lazo asociativo tenemos la obscenidad imaginaria y en la enseñanza del psicoanálisis, la imposibilidad de transmitir lo Real.
¿Qué propone Lacan para hacer frente a la imposibilidad en el lazo asociativo y en la enseñanza?