Rosa Lagos
Torres
En la Proposición del 9
de Octubre de 1967, Lacan advertía a los analistas diciendo:
“hay un real en juego en la formación de los analistas”[1] y
alentaba a no retroceder ante él, enunciaba que en tanto real, producirá “su
propio desconocimiento”, movimiento presente en todo lazo asociativo.
Un real siempre
presente, sinónimo de lo imposible, que se resiste a la simbolización
significante, sea en la clínica, en la enseñanza o en el lazo asociativo,
propio de la agrupación psicoanalítica.
Ahora bien,
¿Cómo se manifiesta lo real en este lazo asociativo y en la enseñanza y qué
propone Lacan para saber hacer con él?
En el
Atolondradicho, Lacan plantea con respecto a lo imposible del grupo
psicoanalítico, imposible presente en su fundamento, lo real como obscenidad
misma, dice: “así entonces de ella “vive” como grupo”[2], refiriéndose a la
obscenidad imaginaria, resultado de la colocación del objeto a plus
de gozar en el lugar del Ideal del Yo; todo miembro del grupo obtiene goce de
esa operación.
Para este
fenómeno presente en todo grupo, Lacan propone el discurso analítico, dice “el
discurso psicoanalítico puede fundar un vínculo social limpio de toda necesidad
de grupo”[3], necesidad de grupo que se sostiene sobre este goce obsceno,
mediante el discurso analítico se produciría este vaciamiento de goce al
colocar como agente de la operación al objeto a como causa del
deseo.
El efecto del
discurso analítico sobre el grupo tendría como consecuencia, por un lado el
vaciamiento de goce obsceno imaginario y, por otro lado, el efecto de sujeto
tachado$.
Con relación a
la enseñanza, se ubica la imposibilidad real de la transmisión del
psicoanálisis, hay un imposible de enseñar, alude a que hay algo que no se
puede transmitir, es el tope con el agujero de lo real, lo cual produce
angustia y la tendencia de los miembros del grupo es tapar el agujero con lo ya
sabido, en el conformismo identificatorio de la repetición, evitando tocar lo
real que se resiste al saber.
¿Cómo
transmitir lo real?
No puede ser
enseñado por un docente, no se trata de un saber textual, se aproxima a un
saber que se extrae de la propia experiencia, de la experiencia del propio
análisis, de los controles de casos, y también de la experiencia obtenida en el
Cartel.
Son dos tipos
de saber en juego, el textual referencial extraído de los libros y el otro
saber obtenido de la experiencia misma, no comunicable y particular de cada
quien. Estos dos tipos de saber producen una suerte de ensamblaje que requieren
de Otro, que suponen saber en un Otro, formación en la que se articula
todo lo relativo a la transferencia.
De acuerdo a lo
anterior, tenemos al menos dos manifestaciones de lo Real en el grupo
psicoanalítico a tomar en cuenta, en el lazo asociativo tenemos la obscenidad
imaginaria y en la enseñanza del psicoanálisis, la imposibilidad de transmitir
lo Real.
¿Qué propone
Lacan para hacer frente a la imposibilidad en el lazo asociativo y en la
enseñanza?